Eslovenia es un país pequeño en tamaño, pero que lo compensa con creces en encanto y belleza. A menudo infravalorada, Eslovenia lo tiene todo: ciudades hermosas y tranquilas, lujosos complejos turísticos, magníficos restaurantes y un sinfín de actividades: esquí, rafting, senderismo, kayak, ¡lo que se te ocurra! 

La capital, Liubliana, con su castillo, es el corazón político y cultural de Eslovenia. La naturaleza eslovena también es impresionante: magníficas montañas, lagos inmensos y coloridos, cuevas y ríos impresionantes. El lago Bled es el lugar más fotografiado del país, y con razón. Sus aguas turquesas, una isla en el centro y la pintoresca ciudad construida a su alrededor conforman un escenario de cuento de hadas. Un viaje ultra panorámico desde el lago Bled le llevará al lago Bohinj, otra impresionante belleza natural con aguas cristalinas y muchas actividades para disfrutar en esta zona. El Parque Nacional de Triglav es el lugar perfecto para practicar senderismo y disfrutar de hermosos paisajes de montaña con algunas cascadas impresionantes. La cueva de Postojna es un lugar asombroso donde podrá realizar una aventura subterránea guiada y descubrir multitud de estalagmitas, estalactitas y peculiares pilares, e incluso encontrarse con salamandras rosas de las cavernas. Las cuevas de Škocjan son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. 

Eslovenia también tiene vestigios históricos muy bien conservados: ciudades medievales y barrocas, como Predjamski Grad. Lo mejor de Eslovenia es que es un país compacto y fácil de explorar en tren, autobús o coche. Como el país es diminuto y las carreteras son buenas, la mayoría de los lugares de interés se encuentran a menos de 90 minutos en coche. En pocas palabras, Eslovenia es un país de ciudades bellas y elegantes, además de una gran oportunidad para reconectar con la naturaleza.