Es imposible hablar de Atenas sin empezar por la Acrópolis y el Partenón. La Acrópolis es el complejo en lo alto de la colina formado por varios edificios individuales: el Templo de Atenea Niké, el emblemático Partenón, el Templo Viejo de Atenea, el Legendario Olivo del Pandroseion, el Pórtico de las Cariátides en el Erecteion. Es aconsejable empezar el día en el Museo de la Acrópolis, ya que parece mejor ir primero al museo y aprenderá todo sobre la Acrópolis justo antes de vivirla realmente. Pero, independientemente del orden, el Museo de la Acrópolis es sin duda una visita obligada. La entrada y algunas partes del museo tienen suelos de cristal con vistas a las antiguas ruinas. 

El mayor templo antiguo de Atenas es el Templo de Zeus Olímpico, situado en pleno centro de la ciudad. La Biblioteca de Adriano es otro importante yacimiento arqueológico antiguo que visitar, con un museo en su interior. Por otra parte, el Estadio Panatenaico, construido enteramente en mármol en el año 330 a.C., es también una vista espectacular. También albergó las ceremonias de inauguración y clausura de los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896. Un consejo: asegúrese de comprar la entrada combinada para acceder a todas las atracciones principales: el Ágora Antigua, el Ágora Romana, la Biblioteca de Adriano, la Escuela de Aristóteles, Kerameikos y el Olympieion. El centro de la vida en la antigua Atenas era, sin embargo, el Ágora Antigua, construida en el siglo VI a.C.. Se utilizaba como mercado y lugar de reunión para la actividad política y social, donde Sócrates, Aristóteles y Platón deambulaban por la ciudad. El Ágora alberga el Templo de Hefesto, el mejor conservado de Atenas. Al este del Ágora antigua se encuentra el Ágora romana, construida en el siglo I a.C. por César y Augusto, y que, al igual que el Ágora antigua, también se utilizaba como mercado de la ciudad. 

Para experimentar la vida moderna en Atenas, visite los magníficos barrios de Plaka, donde encontrará calles limpias y coloridas, cafeterías animadas y lugares increíbles para comer. A pesar de ser un poco turístico, es un lugar ideal para probar la comida tradicional griega, como la ensalada griega o los gyros.

El Rastro de Atenas es un paraíso para los amantes de la gastronomía, desde cerezas, nectarinas y peras baratas hasta prácticamente todo lo imaginable, desde souvenirs hasta muebles.

Desde el puerto del Pireo, en Atenas, parten ferrys a muchas islas griegas, por lo que es la escala ideal para los que viajan entre islas antes de salir a navegar.